"Caminamos por las calles de la ciudad sin vernos, sin prestarnos más atención que la necesaria para esquivarnos. En esta sociedad en la que vivimos, todo son prisas, no tenemos tiempo para nosotr@s ¿Cómo lo vamos a tener para los demás?
¿Alguna vez te has parado a observar? no sólo a mirar, si no a ver a las personas que nos rodean. A esa persona que pide cerca de tu casa, al chico que está en un banco de la plaza triste, a esa persona mayor que parece que todo el mundo se esfuerza en no ver, como si fuera invisible.
¿Por qué no humanizar un poco esta sociedad?, dediquémonos y dediquemos un poco de tiempo, en vez de ese euro que dejas en su mano, en un vaso de plástico, en una caja al lado de su manta ... Invitémosl@ a un café a un té, a lo que sea y compartamos nuestro tiempo con el/ella por un rato, que sienta que l@ vemos, que existe, que no es una sombra que dura en nuestro recuerdo los tres segundos que tardamos en pasar por delante evitando mirarl@ a los ojos.
Sentémonos y escuchemos su historia (si quiere) porque de esas historias y esos momentos compartidos va este blog, De las historias de esas personas que nos esforzamos en no ver, porque nos incomoda su realidad y nos hace cuestionarnos.
Porque muchas veces lo que necesitamos es que nos VEAN, nos ESCUCHEN, nos pongan una mano en el hombro o nos abracen.
Os invito a que colaboréis y me hagáis llegar vuestras experiencias, vuestras y sus historias, este blog no tiene un objetivo fijo, podemos llegar a una persona en un mes a varias o a ninguna. No me preocupan los números, porque visibilizar y llegar a una ya me parece suficiente.
Un abrazo y nos vemos por la calle."

blog.ivisibles@gmail.com


viernes, 26 de diciembre de 2014

Petro

Estamos en Navidad, fecha en que la gente se vuelve más "solidaria" y sigo viendo las mismas prisas, si no más, compras, gasto, consumo .....
Parado en la acera de enfrente esperando que el semáforo se ponga en verde veo a un hombre mayor con su violín, tocando a la vez que saluda y sonríe a todo el mundo que pasa, pero si te fijas, puedes ver en sus ojos reflejada la impotencia de no ser visto, es verdad que alguien de pasada le desea unas felices fiestas, pero no es más que una respuesta automatizada, y algunos incluso le dejan una moneda, pero sin pararse ni siquiera un segundo a escuchar su violín, no me puedo imaginar que se tiene que sentir.

Así que he decidido acercarme y conocerle, cuando cruzo la calle, me paro delante de él y me quedo escuchando, él me mira y me desea una feliz Navidad y continua tocando. En respuesta le miro a los ojos le sonrío y le digo, me iba a tomar un café, te apetece uno ......  Esta vez me devuelve la mirada y la música deja de sonar, se me queda un rato mirando como sorprendido sin saber muy bien de que va esto, y al final sonríe y me dice, mejor te.

Os quiero presentar a Petro (por lo menos es como suena su nombre) un violinista Rumano de 69 años.


Menos mal que le pregunte, porque me cuenta que no tolera la leche. Así que me voy a por el te y en cuanto me ve regresar con él, veo como se levanta y guarda su preciado violín en el estuche, se frota las manos por el frío, como anticipando el calorcito del vaso de té y me sonríe, esta vez de verdad..

Una vez que empezamos a entrar en calor, me cuenta, que viene a España en otoño para hacer algo de dinero y mandarlo a la familia en Rumanía, y el se vuelve en verano, su mujer e hijos viven allí, pero no tienen trabajo. Lleva tocando el violín desde los 8 años, pero dice," En Rumania todos músicos, muy difícil dinero"
Duerme cuando puede en alguna casa de acogida y otras en la calle, aunque ahora que empieza el frío, prefiere gastarse un poco de lo que consigue en dormir en un albergue barato. Me cuenta que la gente tiene mucha prisa y casi nadie se para a escucharle y ¡¡ MUCHO menos a invitarme a un té y a hablar !! y se ríe ^_^
Hemos hablado un rato más de nuestras la familias de como la echa de menos, y lo duro que es separarse tanto tiempo.

Luego me ha enseñado la pierna, que le habían operado hace diez días y enseguida le habían dado el alta, que con el frío le dolía bastante, pero que aunque se había quejado, y mucho, se vuelve a reír, para ver si conseguía quedarse unos días ingresado, no pudo con el médico, jejejeje.

Y así hemos charlando un rato más, nos hemos terminado el té, me ha deseado una feliz Navidad con la familia y nos hemos dado un abrazo y cuando me iba, me ha parado un momento y me ha dicho "gracias"

Gracias a ti Petro por compartir un ratito de tu tiempo.







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